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Una de las primeras escuelas chárter de la Ciudad de Los Ángeles celebra 20 años –y se enorgullece de mantener ‘Watts’ en su nombre

Mike Szymanski | September 25, 2017



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Estudiantes saludando a Sandra Fisher en el campus escolar de Watts Learning Center.

Cuando Gene Fisher abrió las puertas de una escuela chárter pública en Septiembre de 1997 en Watts, compartió un bungalow de una habitación en un proyecto de vivienda con la Escuela Prescolar Pública Urban League State Preschool.

Fisher rápidamente se dio cuenta de que el reclutar a niños de pandillas rivales no iba a suceder.

Así que se trasladó con sus dos estudiantes de jardín de infantes y equipo administrativo minúsculo, terminando en una iglesia abandonada en las sombras de la Autopista 110 y los aviones volando bajo para aterrizar en LAX (aeropuerto de Los Angeles). Este mes, la comunidad escolar celebra su vigésimo aniversario expandiéndose a un nuevo edificio de dos pisos –ahí  mismo en Watts, a sólo una milla de donde comenzaron.

Watts Learning Center (El Centro de Aprendizaje de Watts) – la séptima escuela chárter independiente de LA Unified (Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles) y una de las primeras chárter del Centro de la Ciudad de Los Ángeles – continúa siendo una escuela modelo en un vecindario en el que simplemente ir a la escuela puede ser peligroso. Más de una docena de otras escuelas chárter que fueron aprobadas en la misma época en LA Unified han cerrado desde entonces o se han convertido de nuevo en escuelas del distrito.

Se ha enfrentado a grandes luchas desde el principio. Watts abrió una escuela secundaria (middle school) en 2008 que LA Unified estuvo cerca de cerrar en 2013 después de preguntarse si tenía un “programa educativo sólido”. Pero la escuela secundaria está ahora en un nuevo campus y está prosperando.

La escuela primaria se convirtió en una Escuela Distinguida de California en 2004 y en la Escuela Chárter del Año en 2007, y algunos de sus graduados han logrado becas completas –full-ride scholarships—en  universidades como USC.

Lo hicieron reuniendo a un equipo que creía que podían traer educación de calidad a una de las comunidades más desfavorecidas de Los Ángeles. E insistieron en mantener Watts en el nombre.

Fisher comenzó con sólo tres maestros, un director de oficina, un director y dos estudiantes de kindergarten. El Centro de Aprendizaje de Watts —Watts Learning Center ahora tiene 53 maestros y ayudantes de instrucción, 89 miembros del personal y abuelos de niños de crianza que figuran… en sus listas de personal, y 780 estudiantes en dos campus. Hay cerca de 400 estudiantes en kinder hasta sexto grado en la Escuela Primaria Watts Learning Center Elementary School en 310 W. 95th St. y 380 en la Escuela Secundaria Watts Learning Center Middle School en el campus de la Preparatoria Dymally High School en 8800 S. San Pedro St.

La escuela primaria tiene 51 por ciento de estudiantes Negros y 47 por ciento de estudiantes Latinos, y la escuela secundaria es 16 por ciento Negra y 83 por ciento Latina. Todos los estudiantes son elegibles para almuerzo gratis.

“Algunas instituciones educativas han dicho que es un reto educar a los niños Negros, especialmente a los jóvenes, pero no lo vemos así, lo vemos como una oportunidad”, dijo Fisher. “Entendemos la comunidad y las luchas que estos muchachos tienen en su vida cotidiana y así descubrimos cómo los valores educativos encajan en sus vidas y mejoran a la comunidad como un todo”.

Fisher reconoció que el vecindario ha sido contaminado con una historia de malestar, crimen y pobreza, y dijo, “Nunca queremos olvidar a la comunidad, por lo que mantener a Watts en el nombre de nuestra escuela es importante para nosotros”.

“Elegimos el nombre Watts. Es una comunidad con pocos recursos, y la gente lo sabe”, dijo Fisher. “Nuestra escuela chárter nos permite implementar un sistema de creencias para cambiar la narrativa de la reputación del barrio con los disturbios de Watts y la rebelión de Watts”.

‘NOSOTROS PODEMOS DESTACAR LO POSITIVO’

Caminando a través de su campus que está pintado de color verde lima con los niños jugando bajo los rayos del sol, Fisher dijo, “Estamos aquí con un clima hermoso, buen transporte, entretenimiento, diversión y playas. La gente viene al Sur de California, pero no a Watts. Podemos enfatizar lo bueno y cambiar la imagen de nuestro barrio”.

Pero hay todavía una reputación que perdura. Cuando el jefe de un programa de preparación de maestros en una universidad de Michigan les habla a los futuros maestros sobre realizar prácticas profesionales en Watts, envía una onda de escalofríos  a los estudiantes y sus padres. Inevitablemente, recuerdan los disturbios de 1992 que dejaron 50 muertos después de la absolución de cuatro policías Blancos acusados de golpear a un conductor Negro. En un incidente anterior, fue el centro de una rebelión después de que un conductor Negro fuera detenido por la policía en 1965. Treinta y cuatro personas murieron.

“Cuando les digo a los padres que la escuela está ubicada en Watts, puedo escuchar el teléfono caer de sus manos, y esa misma reacción la veo a través de grupos raciales y étnicos”, mencionó John A. Yelding, Presidente del Departamento de Educación en Hope College, un pequeño colegio cristiano de artes liberales en Holland, Michigan. “Pero después de cinco años de venir a la escuela realizando prácticas para convertirse en maestros, es un programa muy popular”.

Durante cuatro semanas cada Primavera, aproximadamente 10 estudiantes de Hope trabajan con los estudiantes urbanos en Watts. Hace unos años, Ashley Person amaba tanto la escuela que estuvo molestando al director de la escuela primaria de Watts hasta que se abrió una plaza para un maestro.

“Ella seguía diciéndome que iba a  regresar aquí para enseñar, que lo amaba tanto”, dijo Yelding. “Y ahora está aquí”.

La escuela se mudó unas cuantas veces después de salir de esa habitación en los proyectos y terminó en una iglesia junto al Freeway 110 (Autopista 110), en el trayecto de aterrizaje de los aviones rumbo a LAX. Este Otoño están abriendo un nuevo edificio de dos pisos que es parte de un proyecto de construcción de $ 9 millones. En el centro del campus hay una torre que proyecta luces sobre la comunidad.

Fisher, quien tiene un posgrado en Química, no tenía ninguna experiencia en educación cuando él comenzó la escuela. Sin embargo, los grupos de enfoque—focus groups en todo el estado mostraron que se necesitaban buenas escuelas en las áreas urbanas de bajos ingresos, y él quería ayudar.

Fisher se unió a Sandra Porter, quien es una Directora jubilada de LA Unified, que ayudó a dirigir la escuela en los primeros años. Hoy en día, ella es su esposa y la “madre protectora” de la escuela – y cada vez que visita es abrazada por decenas de estudiantes.

La escuela adoptó las siglas de WLC, que también significan “We Love Children”(Amamos a los Niños), pero tuvieron que reclutar estudiantes cuando comenzaron.

“Estaba manejando en un gran automóvil negro buscando a niños de 5 años”, se rio Fisher. “Sé que suena un poco siniestro. Pero pedíamos a la gente que viniera a nuestra escuela a aprender Matemáticas y Lectura, y que les sería servido el desayuno y el almuerzo y un bocadillo para después de la escuela –todo gratis hasta las 6 de la tarde”.

Los padres que trajeron a sus hijos a Watts estaban preocupados porque no estaban recibiendo una educación adecuada en la escuela del distrito local.

“No teníamos idea de lo que estábamos haciendo al principio, pero pensamos que podíamos hacerlo, y lo hicimos”, compartió Fisher. “Si hubiera sabido lo difícil que era, nunca lo habría iniciado. Pero si hubiera tenido la certeza de que esto sería tan gratificante, lo habría iniciado mucho antes”.

‘LOS ESTUDIANTES PODÍAN APRENDER’

“Los Fisher aparecieron en la educación con una filosofía de que los estudiantes podían aprender, y que todos ellos tienen una enorme capacidad de aprendizaje, aun cuando estén sobreviviendo día con día. Ellos sabían que la comunidad de bajos ingresos podía tener un buen desempeño y que las altas expectativas realmente importaban”, dijo Jim Blew, uno de los primeros asesores de los Fisher, quien después se convirtió en el Director de la reforma de K-12 de Walton Family Foundation, el auspiciante más grande a nivel nacional de las escuelas chárter. Ahora es director de Student Success California (Éxito Estudiantil California), una organización de defensa de la educación.

Blew recuerda haber estado sentado alrededor de una mesa con los Fisher y otros miembros del Consejo soñando con esa nueva escuela.

“El concepto de una escuela chárter aún era bastante nuevo, pero el grupo que se estaba formando alrededor de una escuela en Watts consideró que era prometedor el buscar servir a los estudiantes locales. Nos sorprendió saber que, de las 100 ó más chárter en el estado en ese tiempo, menos de 10 se localizaban en zonas urbanas de bajos ingresos”.

Él agregó, “Watts es distinta y casera. Proviene de una visión única que no forma parte de una red más grande”.

Blew dijo que la humildad de los Fisher ha jugado un papel importante. “Tienen una paciencia y tolerancia que son necesarios para el liderazgo educativo”.

El tener la autonomía de una escuela chárter les permite la libertad de elegir cómo ayudar a los estudiantes a alcanzar sus metas. La filosofía de la escuela incluye:

Debemos conocer a cada niño, comprenderlo y respetarlo porque los niños son el eje del proceso educativo.

La participación de los padres y los servicios voluntarios de apoyo mejoran el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Los niños juegan un papel activo en el proceso de aprendizaje.

Las experiencias educativas deben permitir a los estudiantes comunicarse eficazmente, resolver problemas de manera competente, pensar crítica y creativamente y actuar responsablemente.

Blew dijo que el Watts Learning Center “luchó con varias facciones dentro de la burocracia de LAUSD”, pero finalmente la escuela ha probado por mérito propio que está en camino de “convertirse en una institución académica de clase mundial”.

OBSTÁCULOS

No ha sido fácil, y Fisher es el primero en reconocer que se enfrentaron a un gran número de obstáculos para que sus escuelas pudieran comenzar. El ex superintendente de LA Unified John Deasy no quería renovar el contrato de la escuela secundaria chárter cuando los resultados de las pruebas no mejoraron. “Estábamos co-localizados con otra escuela y no había lugar para que los niños comieran y no tenían un buen lugar para ir al baño, y eso afectó a toda la escuela”, dijo Fisher. Cuando se mudaron, las cosas mejoraron.

El Academic Performance Index (Índice de Rendimiento Académico) de la escuela primaria, una medida de rendimiento escolar que fue descontinuada en 2013, aumentó constantemente de 577 en 2000 a 852 en 2011—muy por delante de otras escuelas en el Sur de Los Ángeles, dijo Fisher. Los puntajes del API fueron superiores a 800 por cuatro años consecutivos, clasificando a la escuela con 7 de 10 en las calificaciones de las pruebas estatales, mientras que la mayoría de las escuelas vecinas del distrito clasificaron con 1 ó 2.

 Mientras que Watts estaba por encima de la marca de 800 en los puntajes previos de la API, las escuelas no obtuvieron un puntaje tan bueno bajo el nuevo estilo de Common Core (Estándar Básico)de enseñanza y evaluación. El año pasado, los estudiantes de la Primaria Watts estaban ligeramente por debajo del promedio de LA Unified en English language arts—ELA  (Artes del Idioma Inglés), con 35 por ciento cumpliendo o excediendo el estándar estatal. En Matemáticas, sin embargo, calificaron 16 puntos porcentuales más alto, con 44 por ciento de estudiantes que cumplieron o excedieron el estándar, en comparación con el 28 por ciento en LA Unified.

“Hubo una recesión y como fue un año piloto no tuvimos una comparación, pero estamos esperando un aumento de 10 por ciento de lo que logramos el año pasado”, dijo Kelly Baptiste, Directora de la escuela primaria. Los estudiantes no estaban acostumbrados a tomar las evaluaciones en las Chromebook (laptop con Sistema operativo Chrome OS), y ahora se están acostumbrando a las computadoras.

A veces los maestros no están preparados para enseñar en un área urbana donde los niños están siendo reclutados en pandillas o donde los padres están luchando contra abuso de sustancias.

“No esperamos que nuestra mejora sea una línea recta”, dijo Fisher. “Habrá pequeñas desviaciones en el camino, pero siempre yendo hacia arriba”.

La escuela utiliza un innovador programa de Matemáticas de Singapur que se centra en enseñar conceptos y habilidades de resolución de problemas, en lugar de memorizar. Como miembro del Consejo de Yoga for Youth (Yoga para la Juventud), Fisher quiere llevar la yoga a las aulas también.

Y han visto lealtad a la escuela. Ya hay segundas generaciones de niños que vienen a la escuela, y sus egresados han estudiado en las principales universidades, incluyendo recientemente a un estudiante que está yendo a USC con una beca de fútbol.

UNA ‘BUENA ESCUELA CHÁRTER QUE FUNCIONA’

Las modestas mejoras del Watts Learning Center  están llamando la atención. Richard Vladovic, miembro de la Junta Escolar, ha elogiado a Watts como un excelente ejemplo de una “buena escuela chárter que funciona” en su distrito, que se extiende hacia el Sur hasta San Pedro. La escuela hizo mejoras a medida que su contrato fue renovado cada cinco años por la Junta Escolar, y dijo que este es un ejemplo de un modelo escolar que debe ser replicado. En una de sus últimas renovaciones, Vladovic estaba preocupado de que mejoraran su reclasificación de estudiantes de Inglés. Después de ver el plan de la escuela, estuvo satisfecho.

“Cuando voy de visita, entro en las aulas y veo que los maestros están enseñando y me impresiona”, dijo Vladovic. “Deben seguir haciendo lo que están haciendo”.

El miembro del Consejo George McKenna hizo eco de los elogios y dijo, “Esta escuela ha tenido éxito, y eso es algo que ver”.

Y el nuevo Presidente del Consejo Escolar, Ref Rodríguez, dijo, “El observar lo que han estado haciendo durante dos años que he estado aquí demuestra que se están volviendo cada vez mejores”.

Los Fisher incluso tienen un equipo independiente de películas que los va siguiendo para documentar el carácter único de las escuelas que “existen dentro de un contexto que tiene como telón de fondo una nación dividida política y socialmente”, declaró el cineasta Ryan Porush. La película, “A School Grows in Watts” (Una escuela crece en Watts) planea entretejer las narrativas personales de los estudiantes, maestros y familias involucradas con la “escuela chárter poco convencional y sobresaliente” con la “trágica historia del Sur de Los Ángeles y las barreras sistemáticas que enfrentan los niños en los barrios de la ciudad”.

Porush dijo, “Es una historia que debe ser contada”.

Al entrar a cualquiera de las aulas del Centro de Aprendizaje Watts Learning Center, es poco probable que los estudiantes estén sentados en sus escritorios. Pueden estar en el piso en un círculo como en la clase de Sima Aleahmad, hablando de lo que molestó a algunos estudiantes durante el recreo, o tomándose turnos para presentar su trabajo como en la clase de Kenia Edley, o sentados en grupos aprendiendo sobre del Gold Rush en California (fiebre del oro), como los estudiantes de quinto grado de Michele Frances.

La Directora de la escuela primaria del Watts Learning Center, Kelly Baptiste, dijo que aunque el distrito escolar sigue apoyando a la escuela, su personal está inundado con formularios y solicitudes de información de la división de escuelas chárter de LA Unified para mantener su estatuto.

“El papeleo del distrito es excesivo cada año”, dijo Baptiste. “Tenemos que renovar la petición cada cinco años, pero el papeleo es cada año, y es constante”.

Fisher dijo que no le importa el nivel de supervisión de la escuela. “Cuando el jefe te dice que hagas mejoras, sales y mejoras. Nuestras calificaciones no eran lo que queríamos académicamente, y el distrito nos planteaba serios desafíos”.

La escuela secundaria comenzó en 2009 y está co-localizada con otras dos escuelas chárter en el campus de la Preparatoria Dymally High en Watts. La escuela todavía tiene que resolver algunos problemas con la escuela del distrito, ya que buscan compartir los espacios para el almuerzo, la biblioteca con aire acondicionado, los campos deportivos, así como la piscina.

“Los estudiantes no se sienten bien si vienen a esta escuela tan hermosa y se les dice que no pueden usar la piscina”, dijo Fisher, dando un recorrido por la escuela secundaria de tres pisos que comparten en Dymally.

La Directora de la escuela secundaria, Gayle Windom, dijo que ha habido progreso en instalar un sistema de check-out (préstamo de libros) para que sus estudiantes puedan usar la biblioteca, y que tomó un poco de negociación tener espacio para que sus niños coman el almuerzo. La escuela secundaria puede llegar a un total de 420 estudiantes y ahora tiene alrededor de 380.

Eventualmente, Fisher quiere tener una escuela preparatoria también. Y quieren comenzar la educación temprana con pre-K (pre-escolar) y clases de transición a kindergarten.

“Sabemos que si su lectura no está a nivel al llegar a tercer grado, hay un 50 por ciento de posibilidades de que no se gradúen de la escuela preparatoria”, dijo Sandra Fisher. “Trabajamos con los padres también, y tratamos de involucrarlos en la educación de sus hijos”.

No siempre es fácil hacerlo, y Sandra Fisher recordó que a veces tienen que recordarle a las madres que recojan a sus hijos de la escuela a más tardar a las seis de la tarde. También se ocupan de las personas sin hogar—homeless  y de los asuntos de personas indocumentadas.

‘LO QUE REPRESENTAMOS: PERSEVERANCIA’

Los Fisher se asocian con compañías para sacar a los niños de Watts cuando es posible. Un viaje anual los lleva al lago Hughes por unos días, y han llevado a estudiantes a Senegal, Sudáfrica, Togo, Egipto y Brasil.

Mientras saludaba a los estudiantes alrededor de la escuela, Sandra Fisher aún cojeaba un poco pues tuvo una fractura en el pie durante un viaje a la Selva Amazónica, acompañando a los estudiantes para mostrarles la vida en otras partes del mundo.

“No permití que me molestara, pero cuando regresamos me dijeron que tenía una fractura en el peroné”, dijo Sandra Fisher. “Simplemente muestra lo que representamos: perseverancia. Esa es la clave de lo que nos hace sustentables”.

Gene Fisher dijo, “Hemos estado aquí por 20 años y nada nos ha detenido”.

Su esposa agregó, “Y créanme, que nos han aventado de todo”.

A pesar de las sirenas de la policía sonando y helicópteros zumbando por encima, los Fisher y su equipo continúan trabajando para hacer que sus estudiantes se sientan seguros en el Centro de Aprendizaje Watts Learning Center.

Fisher suspiró al describir el crimen que todavía marca al barrio. Pero, dijo, “Sólo les digo a los niños, la mayoría de las personas que se unen a las pandillas no son personas inteligentes”.


Traducción al Español financiada por The Eli and Edythe Broad Foundation. LA School Report mantendrá el control editorial absoluto sobre el contenido.

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