¿Cómo es que la mayor fuerza de policía escolar en la nación mantiene a salvo a los niños de Los Ángeles?
Mike Szymanski | October 16, 2016
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Todos los días, los encabezados de los periódicos señalan alguna acción adicional que el Jefe de Policía Steven K. Zipperman debe de implementar para que 664,000 escolares se sientan seguros al acudir a la escuela.
El Jefe Zipperman lleva la responsabilidad de mantener a los estudiantes del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles seguros, así como a sus 60.000 empleados.
Y eso es un reto monumental en el mundo de hoy, con informes en los medios sociales de payasos siniestros aterrando niños, rumores de redadas de agentes de inmigración en las escuelas y amenazas terroristas aparentemente creíbles.
“Las insólitas actividades ocurridas durante este último verano fueron sin precedente,” declaró Zipperman en una entrevista exclusiva en su oficina del Departamento de Policía Escolar de Los Ángeles, apenas a unas cuantas cuadras de la oficina central en LA Unified Beaudry Avenue en la zona centro de Los Ángeles “Los actos terroristas en todo el mundo y en los Estados Unidos en el centro nocturno de Orlando y los controversiales tiroteos por policías, la reacción post-Ferguson y las demostraciones Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) todas reavivan preocupaciones que debemos enfocar en nuestras relaciones con la comunidad y repasar lo que estamos haciendo.”
Ahora en su quinto año en el cargo, Zipperman reconoce que hoy más que nunca es más difícil hacer que la niñez de Los Ángeles se sienta cómoda en presencia de oficiales uniformados. En una entrevista franca y poco común, el Jefe Zipperman enumeró algunas de las acciones que su oficina realiza y de las que poca gente tiene conocimiento y algunas de las preparaciones tras-bambalinas que le hacen tener la confianza de que su Departamento puede controlar cualquier emergencia en las escuelas de Los Ángeles.
“El renglón de las relaciones policía-comunidad encabeza nuestra lista,” declaró Zipperman. “Nuestra policía escolar pone especial énfasis en su preocupación por los jóvenes.”
Una gran fuerza
A la entrada del departamento de la policía escolar en 125 N. Beaudry Ave. se encuentran colocadas cajas de cristal conteniendo insignias, gorras y fotos de patrullas antiguas que usaba el departamento. Hay también grandes trofeos ganados por el departamento de policía en varios torneos con equipos estudiantiles, así como placas conmemorativas de sucesos alrededor del país. Sobre las cajas de cristal hay folletos de sus programas para la juventud impresos en Inglés y Españól.
Establecido en 1948, el Departamento de Policía Escolar de Los Ángeles es la mayor fuerza de policía escolar independiente del país— posiblemente del mundo—con 410 oficiales bajo juramento, 101 oficiales de seguridad escolar y 34 civiles de apoyo que laboran 24/7 patrullando escuelas distribuidas a lo largo de 710 millas cuadradas y 26 ciudades, muchas de las cuales cuentan con su propio departamento de policía local.
- Conozca más: 9 hechos que Usted desconocía de la policía escolar de LA.
De hecho, la fuerza policiaca para el Segundo más grande distrito escolar es la quinta mayor fuerza policiaca en el Condado de Los Ángeles y ocupa el décimo cuarto lugar en tamaño en California. Para fines de comparación, New York, el mayor distrito escolar en el país, cuenta con 200 oficiales de policía bajo juramento.
Consta de una unidad equipada con perros, una cuadrilla con bicicletas, una Guardia de Honor, un Equipo de Investigación, un Equipo de Respuesta de Crítica, un Programa de Manejo de Ira y Escuelas de Academia de Policía financiadas con fondos públicos. Cuentan con patrullas y motocicletas propias en siete divisiones y también un equipo de intervención con capacidades múltiples para contra-terrorismo (MACTAC–Multi-Assault Counter-Terrorism Attack) para sofocar amenazas terroristas.
Regularmente la policía escolar de LA interactúa con más de 13 agencias encargadas de hacer cumplir la Ley en la Ciudad y el Condado así como también con entidades de la policía estatal y federal y servicios de emergencia. Este verano, la técnica de cómo mejorar la comunicación con otras agencias policiacas cobró relevancia como tema importante de conversación.
“Durante el Verano se realizaron sesiones de visitas a centros de educación temprana; visitamos regularmente escuelas primarias y realizamos programas fuera del horario de clases (Beyond the Bell programs) para interactuar con los niños,” dijo Zipperman, “Con el propósito de que los niños nos vean con ojos positivos y mostrar nuestro rostro con más frecuencia.”
El primer día de clases este año, el Jefe Zipperman asistió a conferencia de prensa con el Alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti, miembros de la mesa directiva escolar y la Superintendente Michelle King en John C. Fremont High School y más tarde en la escuela para niñas Girls Academic Leadership Academy. Entretanto, sus oficiales se hicieron presentes a través del Distrito desde el primer día de clases.
En el Noreste, en San Fernando Valley en Pacoima, el Sargento James Ream puso en marcha un programa de reparto de backpacks entre los alumnos de primaria de STEAM Academy en Haddon Avenue, bajo la premisa “Los uniformados que vean en la escuela hemos venido a protegerlos. Si ven a un oficial de la policía, somos sus amigos.”
Ream también se encarga de programar visitas de oficiales de la policía a las escuelas primarias alrededor de Halloween para leerles a los niños cuentos de brujas y fantasmas e incentivar a la gente a donar libros a la escuela. “Deseamos que los niños nos vean como personas siempre dispuestas a brindar ayuda,” dijo Ream.
Durante la temporada de fiestas navideñas, el Departamento de Policía participa en campañas de reparto de calzado y libros y colabora con otras organizaciones altruistas en el reparto de víveres a las familias de la escuela u obsequios navideños a niños necesitados. Visitan el USC Children’s Hospital, realizan campañas de reparto de juguetes y patrocinan actividades de liderazgo para jóvenes a lo largo del año.
“Hacemos a diario muchas cosas de las que la gente no se entera, y que, en su mayoría, los oficiales realizan en su tiempo libre”, dijo Zipperman. “Tratamos de infundir en los estudiantes un sentido de seguridad y que sepan que asisten a un campus seguro, lo cual propicia un ambiente más favorable para el estudio, aumenta la asistencia y contribuye a mejores resultados para los estudiantes”.
Y añadió, “Allí están los oficiales conectándose con los niños de manera diferente que en acciones para hacer cumplir la Ley”.
Pero, ¿son las escuelas más seguras?
Parece una pregunta fácil, pero para el Jefe Zipperman la respuesta no es fácil. ¿Son las escuelas más seguras que cuando él tomó el Departamento de Policía a su cargo hace cinco años? ¿Es ahora menos probable que los maestros sufran asaltos?
“Las respuestas no son fáciles; todo depende del cristal con que se mire y cómo se evalúe la seguridad en las escuelas”, dijo Zipperman. “¿Es por la ausencia de criminalidad? ¿Es por el número de armas que se confiscan? ¿Es por encuestas de opinión en cuánto a nuestro sentido de seguridad al acudir a la escuela? ¿O por el grado o ausencia de suspensiones o expulsiones?”
En realidad, el número de expulsiones y suspensiones ha disminuido, pero las riñas y la agresión física, conforme a las estadísticas distritales, han incrementado de 2,425 incidentes en el ciclo escolar 2013-14 a 3,103 en el ciclo escolar 2014-15. El Informe de Rendición de Cuentas del Sistema de Monitoreo de Incidentes—iSTAR por sus siglas en Inglés (Incident System Tracking Accountability Report) del año pasado no está disponible aún.
Sin embargo las estadísticas más recientes, arrojan 1,163 reportes de crímenes sexuales o conducta sexual inapropiada, 746 incidentes de hallazgo de substancias ilegales o controladas y 839 armas confiscadas.
“No sé si esas cifras se pudieran correlacionar con la recuperación de un mayor número de armas. Es probable que todos los días se introduzcan armas al campus,” dijo Zipperman. No siempre se trata de armas de fuego, pueden incluir cuchillos u objetos punzocortantes u objetos que pudieran lesionar a un estudiante o al maestro. “¿Mejora la seguridad en el campus el hecho de que encontremos dichos objetos?”
La policía escolar también patrulla las áreas crcunvecinas de escuelas, donde pudiera presentarse bullying o robos por pandilleros que acosan a escolares. Ofrecen un programa de Pasajes Seguros, que marca los senderos patrullados por oficiales de seguridad en vecindarios potencialmente peligrosos.
Durante este Verano la policía recibió adiestramiento para lidiar con un tirador activo en el campus y para confinamiento (lockdown) e incidentes que involucren narcóticos.
Después de examinar las estadísticas de delitos en cada escuela, la policía escolar determina cuáles áreas necesitan más recursos o la impartición de cursos sobre el manejo de la ira o más patrullas. Colaboran con los docentes de la escuela para conocer mejor el clima que prevalece en la escuela, apuntó Zipperman. Y se coordinan con los departamentos de policía locales.
“Puedo decir que a lo largo de los últimos cinco años ha aumentado la participación con la policía escolar en la preparación de nuestras escuelas para responder a situaciones que pudieran constituir un acto de violencia contra la escuela”, dijo Zipperman. “Ahora, más que nunca, nuestras escuelas están mejor preparadas para manejar emergencias”.
Una prueba de estrategia para manejo de una emergencia
El 15 de Diciembre del año pasado, justo antes de las vacaciones de Invierno y después de 14 muertes en el ataque terrorista en San Berdardino, se ordenó el cierre de todas las escuelas afiliadas a LA Unified Schools por una amenaza recibida por correo. El engaño en la Internet causó tal preocupación que cada campus fue cerrado e inspeccionado por armas y bombas.
En una conferencia de prensa trasmitida a nivel nacional, Zipperman se situó en el podio junto con el Sheriff del Condado, el Jefe de Policía de Los Ángeles y el Alcalde para explicar cómo están coordinando recursos e inspeccionando cada escuela.
“El incidente del 15 de Diciembre constituye una prueba de cómo podemos responder y tomar decisiones rápidas ante una emergencia de tal magnitud”, apuntó Zipperman, quien está finalizando un reporte al superintendente sobre el incidente y sus tiempos de reacción. “Algunas de las cosas que aprendimos las podemos mejorar, pero se demostró la rapidez con que podemos alertar a los padres de familia y agencias de la Ciudad, el Condado y el Estado de algún suceso. Desde luego, hay lugar para mejoras, en gran medida, en lo relativo a comunicación. Ante un próximo episodio, si lo hubiere, podremos responder de manera más eficiente y efectiva.”
Zipperman se mantiene atento al diálogo nacional y las tendencias para optimizar la seguridad en las escuelas—sin temor a externar su sentir respecto a algunas de las cosas con las que está en desacuerdo.
“No estoy a favor de que los maestros porten armas, no”, declaró Zipperman riendo. “He escuchado todas esas descabelladas propuestas a nivel nacional y No, no propongo tal cosa”.
Si un estudiante asalta a un maestro, lo más seguro es que haya un arresto, dijo el Jefe. “Tomaremos en consideración la edad y las circunstancias, pero si un estudiante asalta intencionalmente a un maestro, ese estudiante será arrestado”, declaró.
“El significado de nuestra presencia en estas escuelas y las áreas circunvecinas es incalculable, y estos niños necesitan sentirse seguros y protegidos cotidianamente”, expresó Zipperman “y lo mismo aplica para los maestros”.
Combatiendo los rumores
La retórica anti-inmigración durante la carrera presidencial y los incidentes ocurridos el año pasado en otras partes del país con ICE (US Immigration and Customs Enforcement) causó una baja repentina en la asistencia a LA Unified y temor sin precedente entre los estudiantes y sus familias.
“Circuló cierto rumor de la puesta en vigor de una medida de seguridad pendiente de ICE (Agencia de Inmigración y Aduanas) con las escuelas y creo que el rumor cobró vida propia”, declaró Zipperman. “Ni mis colegas ni yo fuimos notificados de alguna medida de ICE aplicada a las escuelas. Puedo ver la angustia que esto causaría, particularmente en LAUSD por la numerosa población que sería afectada. No excluimos a nadie; no nos importa el estatus de nadie y nuestra meta es que reine en el distrito un clima de seguridad y se cultive la educación, y nuestro trabajo como policía escolar es lograrlo”.
El Consejo escolar reforzó nuestro sentir al aprobar una resolución mediante la cual enfatizan que rechazan la presencia de las agencias federales en las escuelas sin la participación de la policía escolar y ofrecieron su apoyo a los niños y familias preocupados respecto a temores de deportación.
¿Y que hay respecto a las escuelas independientes (chárter)?
Aun cuando el monitoreo de escuelas chárter independientes no es específicamente responsabilidad de la policía escolar, ésta no le dará la espalda a las escuelas independientes que pudieran requerir de su apoyo, señaló Zipperman.
Hay cuatro preparatorias independientes (charter high schools) en zonas escolares distritales y muchas están co-localizadas en zonas escolares distritales, de manera que la policía escolar las cubre. Las escuelas independientes (charter schools) afiliadas a LA Unified localizadas en propiedades privadas generalmente son manejadas por el departamento de policía local en dicha área.
“Todos son estudiantes nuestros, de tal suerte que si requieren apoyo indiscutiblemente responderemos y más tarde resolveremos a quién compete hacerse cargo”, expresó Zipperman. “Hemos respondido a llamados de escuelas independientes (charter schools) no situadas en nuestra área distrital y enviaremos una patrulla si se trata de una cuestión de seguridad inminente. Son absolutamente parte de nuestras escuelas”.
Algunas de las escuelas independientes (charter schools) no ven con buenos ojos algunas de las políticas distritales, como por ejemplo el registro cotidiano al azar con cilindro detector de metales (wanding) de sus estudiantes de secundaria y preparatoria todos los días. Las escuelas independientes (charter shools) firmaron un comunicado haciendo patente su negativa a la implementación de tal práctica. Esta no es una solicitud que provenga del departamento de policía sino del consejo escolar, y la policía no participa en la conducción de registro de personas a menos que se encuentre algo ilegal.
Los superintendentes y los miembros del consejo escolar a menudo han dado reconocimiento y elogiado a Zipperman y la policía escolar por su labor. Recientemente, en una reunión del consejo escolar, tres oficiales fueron galardonados con Medallas al Valor por salvar a una mujer que estaba a punto de arrojarse de un puente no lejos de una escuela en el Este de Los Ángeles
“Confío que nuestra policía escolar continúe velando porque la seguridad de nuestros niños y la población escolar durante el horario de clases sea comparable a la seguridad durante el resto de su día,” dijo el Presidente del Consejo Escolar Steve Zimmer, y añadió “No escatimaremos esfuerzos tratándose de la seguridad de nuestros niños”.
El presupuesto de la policía escolar es de alrededor de $60 millones y el departamento continúa reclutando y contratando oficiales. El ingreso anual promedio de un oficial de la policía escolar es de alrededor de $87,000 en comparación con el maestro, cuyo ingreso anual promedio es de alrededor de $70,000. El ingreso anual promedio de un agente del Sheriff (sheriff’s deputy) es de $52,000 y promedio de un oficial de policía de Los Ángeles (LAPD Officer) es de $110,000. Zipperman, con un ingreso anual de $170,475 es uno de los directores mejor pagados en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LA Unified).
Restableciendo la justicia
Zipperman vino a rescatar a la policía escolar de un historial de altibajos. Un oficial de policía fue condenado por acoso sexual a una estudiante, lo cual condujo al retiro temprano de un jefe de la policía y también el anterior Jefe de Policía Lawrence Manion presentó su renuncia por una investigación llevada a cabo por LA Weekly en 2007.
Zipperman llegó con 32 años de servicio en el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) donde trabajó con vicio, patrullaje, narcóticos y la unidad de Respuesta Especial. Es graduado de Taft High en San Fernando Valley, donde cursó la Licenciatura en Justicia Criminal, y cuenta con un Diplomado (minor) en Sociología de Cal State Bakersfield y una Maestría en Liderazgo Organizacional de Woodbury University.
Zipperman declaró estar claramente consciente de las coacciones presupuestarias que el consejo escolar enfrenta y sólo desea que haya más oficiales que patrullen las escuelas. Dijo sentirse satisfecho con los recursos de que dispone actualmente. Recortar el presupuesto de la policía escolar no es algo que el consejo escolar tenga en mente hacer.
Sin embargo, Zimmer expresó su beneplácito sobre el rechazo de Zipperman de la posibilidad del uso de armas automáticas y un mini-tanque de grado militar tras la protesta de grupos de estudiantes activistas respecto a la opción federal de distribuir equipo militar excedente. El jefe de policía explicó que nunca fue la intención usar armas en el campus, sino usarlas meramente con fines de adiestramiento. Los grupos exigieron una disculpa y el recorte de fuerza en el departamento de policía así como también la rendición de cuentas de todas las armas. Tras varias demonstraciones y la disolución de una reunión, Zipperman dirigió un comunicado al grupo, se reunió con los estudiantes y disipó sus dudas.
“Es importante discurrir cual sería la mejor manera de estimular la libre expresión entre los estudiantes y entablar el diálogo cuando hay manifestaciones a nivel nacional, como en el caso de Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan)”, expresó Zipperman y añadió “Sabemos que los estudiantes desean participar en el aspecto político”.
Zipperman ha logrado cierto avance en cuanto a que el Distrito adopte programas de justicia restaurativa, pero permanece escéptico en cuanto a que se logre impedir todas las actividades criminales en el campus. El programa permite que los estudiantes resuelvan sus conflictos y “actuarlo” con sus compañeros en un escenario que no los criminalice por sus actos y los mantenga lejos de las cortes.
“No queremos que algunos piensen que ésta es una forma fácil de escapar del sistema de justicia criminal y, desde luego, no queremos que nuestros estudiantes terminen siendo arrestados”, dijo Zipperman. “Queremos orientarlos y que aprendan de sus errores”.
Prosiguió diciendo, “La justicia restaurativa no puede ser sólo un camino para escapar a la rendición de cuentas, ni un pretexto para librarse de otra forma más apropiada de aplicación de justicia para alguien que no tenga la intención de cambiar su comportamiento”.
Inevitablemente, los encabezados de las noticias del día parecen atacar el ideal de confianza para con los estudiantes, pero él sigue trabajando en ello en LA.
“Nuestra meta es siempre mantener esa relación con los jóvenes, todos los niños y sus familias”, expresó Zipperman. “Continuamente buscamos la manera de construir y nutrir esas relaciones”.
Y añadió, “Hoy se ha vuelto más imperiosa la necesidad de fomentar esas relaciones en el ámbito de la escuela a fin de que tales actitudes perduren en la vida más allá de la etapa escolar”.
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